Juana Bigard
El pasado 8 de diciembre celebramos el nacimiento de Juana Bigard (1859), una mujer entregada al cuidado y apoyo de las vocaciones sacerdotales en los países de misión
La joven Juana Bigard y su madre, Estefanía, pusieron en marcha esta Obra en Francia en 1889, a la vista de las necesidades de ayuda para el clero autóctono de las que les hablaba en sus cartas el obispo misionero de Nagasaki.
La Obra de San Pedro Apóstol es la respuesta pontificia a las dificultades que tienen que afrontar en su camino numerosas vocaciones nacidas en la geografía de la misión.
Para ello, siguiendo los pasos de su fundadora, Juana Bigard, esta Obra recuerda a todos que la voz de Dios no es “de una sola tribu, sino de todas las tribus, de todos los pueblos, de todas las razas”, y que la vocación al sacerdocio o a la vida consagrada ha de ser católica y universal “como católica y universal es la Iglesia”.