Vocación a la santidad y vocación a la misión.
El primer anuncio del kerigma cristiano, proclamado por Pedro en la mañana de Pentecostés, finaliza con una afirmación radical: nosotros somos testigos de todo lo que os predicamos. Desde este momento, los pregoneros del Evangelio estarán revestidos con la experiencia de lo que anuncian, fortalecidos con la constante presencia del Señor y animados por la…